20 hallazgos espectaculares de buzos en las profundidades de los océanos

Las profundidades de los océanos y mares son el escondite de muchos enigmas y fenómenos extraordinarios. Desde una ciudad antigua famosa por su salsa de pescado, hasta peces que hacen arte, y desde máquinas secretas de códigos de la Segunda Guerra Mundial hasta ordenadores de 2.000 años de antigüedad, nunca se sabe qué ocurrirá después. Hemos reunido 20 de las cosas más asombrosas que han encontrado los buceadores mientras exploran las profundidades. Sigue leyendo para sorprenderse.

20. Gran Agujero Azul, Belice

El extraordinario Gran Agujero Azul, ubicado en el Mar Caribe frente a la costa de Belice, es el sumidero más grande del mundo. Muchos buzos han explorado las aguas superficiales, con 125 metros de profundidad y 300 metros de ancho. Pero no habían bajado a las profundidades por una muy buena razón. Aproximadamente a 88 metros, el sumidero está cubierto por una capa de sulfuro de hidrógeno altamente venenoso.

Pero en 2018, una expedición que incluía al magnate británico Richard Branson y Fabien Cousteau encontró una manera de explorarlo. Usaron un minisubmarino para llegar a las partes en las que ningún buceador humano podría sobrevivir. En el fondo encontraron estalactitas, lo que indica que fue una cueva seca, probablemente inundada hace unos 14.000 años cuando terminó la última Edad de Hielo. La tripulación hizo otro descubrimiento mucho más sombrío: los cuerpos de dos buzos.

19. La laguna Chuuk

La laguna Chuuk, antes conocida como Truk, tiene unas 64 kilómetros de ancho y, según The New York Times, es el "cementerio de barcos más grande del mundo". Ubicada en una sección lejana del Pacífico central perteneciente a los Estados Federados de Micronesia. La razón de los hundimientos es la batalla naval masiva de dos días que tuvo lugar allí en 1944. La Marina estadounidense hundió más de 30 buques japoneses.

En la década de 1960, buceadores comenzaron a explorar la laguna y se hizo popular por un documental de Jacques Cousteau de 1969, Lagoon of Lost Ships. Las aguas cristalinas de la laguna ofrecen una visibilidad excelente, y todos esos barcos y aviones japoneses hundidos proporcionan "una de las grandes maravillas submarinas del mundo", escribió el buzo Paul J. Tzimoulis, en la revista Skin Diver. Si buceas allí, ¡ten cuidado con la munición real!